jueves, 12 de junio de 2014

La Dependencia Emocional

"cuando vamos por el mundo mendigando amor, es probable, que nos encontremos con las migajas caritativos, que alguien nos da". Algunas personas, constantemente necesitan sentirse valoradas, para poder vivir. A esto se le llama “dependencia emocional”. Actualmente, este síndrome ocupa del 7% al 10 % de las consultas que las personas realizan al psicólogo. Y se relaciona con una baja autoestima y una importante carencia de afectividad. Las persona que sufren dependencia emocional, buscan "sentirse válidas y dignas de ser queridas". Es cierto que todos necesitamos de amor y cariño, pero nuestra verdadera función no es tratar de que los demás nos amen, sino todo lo contrario, debe ser como lo dijo un experto en la materia: "solo viviremos plenamente y seremos felices, amando a los demás". Esa es la clave inequívoca de la felicidad, entregarte a los demás sin esperar nada a cambio, esta es la máxima del amor. La cosa cambia, cuando tenemos la mentalidad enfermiza de buscar aprobación a cada rato y valorándonos de acuerdo a la opinión de los demás. Debemos aprender a “olvidarme de mí y pensar en los demás.” Si esto ocurre recíprocamente este mundo sería mucho mejor. La psicóloga Olga Castanyer, que acaba de publicar “Sin ti no soy nada”, un libro para superar las dependencias afectivas, sintetiza este problema como: “la conducta que lleva a una persona a situar la fuente de su autoestima y bienestar en el exterior, sin confiar en sus propios criterios”. Muchos pensamientos de quienes padecen dependencia emocional, raya en lo irracional, haciéndose menos que las personas que le rodean. "Los demás son más grandes, más felices, más atractivos y no tienen problemas", La persona dependiente le da poder, con su actitud a los otros, son los demás y no ellas los que "le hacen sentirse válida, digna, querida y amada", siempre está buscando contantemente su beneplácito. Pero cuidado, porque si vas llamando por todas las puertas, a la desesperanza, puede que un día se te abra, te atrape y acabes esclavizado por tus propios sentimientos para el resto de tú vida. La auto-conmiseración no es buena amiga. Debemos ser maduros para amar. La "madurez para amar" nos da estabilidad en las relaciones; Es importante madurez a partir del conocimiento sincero y real de nosotros mismos, cuando somos maduros, nos aseguramos de buscar lo verdaderamente importante". Cuanta más alta se tenga la autoestima, menos refuerzo externo se necesitara. Quienes "viven" de la aprobación de los demás, de ser valorado, querido y amado, se hunden cuando no se cubren esas necesidades, depender demasiado del exterior no es bueno. Decirse a cada rato "soy un desastre" o "todo me sale mal" es un síntoma de dependencia emocional que hay que combatir, porque solo traerá emociones desagradables como culpa, inseguridad, vergüenza y tristeza. Una persona que tiene su autoestima al cien por ciento: “para sentirme bien consigo mismo, no necesita NADA'", cuanto más alta se tenga la autoestima, menos refuerzo externo se necesitará para mantenerla. Frente al "sin ti no soy nada" las herramientas que se necesitan para trabajar son estas: • Cuidar de nosotros mismos. No esperes que otro lo haga por ti. Cuida tú personalidad, tu imagen, tu salud. • Afirmar nuestros derechos. Nunca te conformes con menos de lo que mereces, sé inmensamente feliz, ese es tú derecho. • Hablarnos de forma confiada. Cuando tomamos el control de nuestras vidas, definimos claramente el rumbo que vamos a seguir. • Creernos únicos. En este mundo no hay otro igual a ti, ¿porque perder el tiempo buscando aprobación de otros, cuando sabemos que somos especiales?. • Poseer unos valores propios. Solo yo sé lo que verdaderamente valgo y eso no tiene precio. • Elegir qué camino tomar en vez de dejarnos llevar por los demás. Como resumen, No permitas que otros tomen decisiones por ti, ni que decidan lo que debes hacer, aléjate de la opinión pública, solo tú sabes lo que verdaderamente te conviene.

No hay comentarios:

Publicar un comentario